Buscar

El Minotauro y la nueva arbitrariedad

viernes, 7 de mayo de 2010

El Minotauro y la nueva arbitrariedad

Carlos A. Gómez Fajardo, MD - elpulso@elhospital.org.co

EPara la bioética contemporánea tienen gran calado las reflexiones críticas al uso de embriones humanos como fuente de “stem cells”. Como lo anuncia lúcidamente la investigadora de la Universidad de Navarra, Natalia López Moratalla (Bioquímica y Biología Molecular), existen sólidas evidencias que muestran la potencialidad de división y diferenciación celular proveniente de células madre originadas en tejidos no embrionarios. Esto se conoce desde años atrás: el célebre Alexis Carrell (premio Nobel de Medicina en 1912), ya sabía mucho de cultivos celulares a inicios del siglo pasado. Hoy también se conoce -aunque muchos medios de comunicación pretenden magnificar los potenciales usos de las “stem cells” de origen embrionario-, la importancia de las células madre originadas en tejidos adultos. Todo ello, mediante técnicas de cultivo celular que no requieren de la manipulación y muerte selectiva de embriones.
A pesar de esto en la Gran Bretaña, la HFEA (Human Fertilisation and Embriology Authority) ha dado autorización a la investigación con embriones híbridos humano-bovino. Se trata de una gran arbitrariedad que va mas allá de la absurda línea del criticado “Informe Warnock” de 1984, con el cual se dio paso a la aplicación masiva de las técnicas de eugenesia y muerte selectiva de embriones propias de la FIVET. Ahora los funcionarios ingleses se deslizan hacia extremos aún más cuestionables racionalmente: para aquella comisión se “justifica” el uso de embriones inter-especies obtenidos de óvulos de origen bovino que han sido desnucleados y a los que se añade ADN proveniente de núcleo de células somáticas adultas humanas. Según la HFEA, podrían ser utilizados hasta la fase de blastocisto.
Uno de los principios racionales de la bioética, de alcance global y que va más allá de la reflexión sobre la biotecnología, se puede expresar de modo comprensible: el fin no justifica los medios. Menos cuando se habla de los límites relacionados con el inicio de la vida humana.
Las decisiones políticas utilitaristas -teñidas de un dudoso disfraz de ciencia- de la HFEA, tienen fuerte peso para las posteriores deliberaciones que ocurrirán en el marco legislativo de la Comunidad Europea. Son decisiones cuestionables: privilegian la investigación con embriones humanos, y no conceden crédito y estímulo a los hallazgos reales con “stem cells” de origen no embrionario; magnifican eventuales aplicaciones de las primeras en enfermedades degenerativas sin considerar que ya existen vías alternas. Incurren en asimetría de la información y conceden privilegios económicos y de intereses a quienes se hallan involucrados con la industria biotecnológica.
Un norte antropológico es necesario para una bioética del respeto. Es debida una actitud prudencial en lo que toca a los límites (inicio y final) de la vida humana. Las fuertes tendencias europeas contemporáneas van hacia la tecnocracia, hacia la manipulación genética y selección de embriones, hacia la discriminación genética prenatal, incluyendo los feticidios selectivos, el diagnóstico prenatal eugenésico y la sistemática detección y eliminación de niños con Síndrome de Down. Ahora quieren crear más embriones adicionales para llevarlos, deliberadamente, a la muerte. Es el escenario del Otro convertido en objeto, en medio. Es el atropello al imperativo de la humanidad expresado racionalmente por Kant: el ser humano es fin en sí mismo, nunca medio.
Con el olvido del respeto a la dignidad humana, viene el olvido del compromiso hipocrático: non nocere. Esto es inexplicable en Europa, cuando apenas han pasado unas décadas del planteamiento básico del código de Nuremberg. Aquel código hace énfasis en el sentido humano de la profesión médica. La actual comisión británica se empeña en ir más allá de los horrores cometidos por los pseudo-científicos nazis; con la producción de embriones híbridos, se va más lejos de lo que imaginaron las generaciones anteriores. Cuando la medicina pierde su ethos de servicio, de promoción del bien y de respeto a la vida, sucede que de nuevo Dédalo construye el laberinto en el que se oculta el Minotauro.
Nota: Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética -Cecolbe-

http://www.periodicoelpulso.com/html/0807jul/opinion/opinion.htm

Nota

Este es un espacio para compartir información, la mayoria de los materiales no son de mi autoria, se sugiere por tanto citar la fuente original. Gracias

Perfil

Mi foto
Medellín, Antioquia, Colombia
Magister en Filosofía y Politóloga de la Universidad Pontificia Bolivariana. Diplomada en Seguridad y Defensa Nacional convenio entre la Universidad Pontificia Bolivariana y la Escuela Superior de Guerra. Docente Investigadora del Instituto de Humanismo Cristiano de la Universidad Pontificia Bolivariana. Directora del Grupo de Investigación Diké (Doctrina Social de la Iglesia). Miembro del Grupo de Investigación en Ética y Bioética (GIEB). Miembro del Observatorio de Ética, Política y Sociedad de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Centro colombiano de Bioética (CECOLBE). Miembro de Redintercol. Ha sido asesora de campañas políticas, realizadora de programas radiales, así como autora de diversos artículos académicos y de opinión en las áreas de las Ciencias Políticas, la Bioética y el Bioderecho.

contador gratis