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Siglo XXI: matar enfermos, no curarlos

lunes, 17 de agosto de 2009

28/05/2008
José Ángel Antonio
Siglo XXI: matar enfermos, no curarlos

En abril de 2002, Holanda promulgaba la primera ley de Eutanasia, en la que se despenalizaba el suicidio asistido. Era para enfermos adultos que la pidieran de forma «explícita, razonada y repetida». También para jóvenes de 16 a 18 años que formularan esta petición escrita. Y también para "adolescentes capaces de consentimiento", de 12 a 16 años, con la condición de que los propios padres o quien tuviera la tutela jurídica añadieran su consentimiento y fuesen casos de "enfermedad incurable o por dolor".
Ese mismo año Bélgica imitaba a los holandeses. Su ley de 2002 parecía más restrictiva sobre el papel, pero en la práctica era más laxa: "poner fin a la vida de pacientes en situaciones excepcionales de sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable" (similar al grave peligro para la vida o salud física o psíquica de la embarazada de España para el aborto, que ya sabemos en lo que ha degenerado).
Evidentemente, la Cultura de la Muerte siempre sigue la pendiente resbaladiza . Así lo denunciaba ya en 2004 Elio Sgreccia, Vicepresidente de la Academia Pontificia para la Vida, que se lo veía venir y lo avisaba en un profético documento :
Es fácil notar que ha funcionado la ley del «plano inclinado», según la cual, una vez que se admite la legitimidad de la muerte infligida por compasión a un adulto consciente que lo solicite de forma explícita, repetida y documentada, se da un nuevo paso alargando la aplicación también a los jóvenes, a los adolescentes con el consentimiento de los padres o de los tutores, y, por último, a los niños, incluidos los recién nacidos, obviamente sin su consentimiento. Es fácil prever, asimismo, que el deslizamiento por el plano inclinado de la eutanasia proseguirá durante los próximos años hasta incluir a los pacientes adultos considerados incapaces de solicitar el consentimiento, como por ejemplo los enfermos mentales o los individuos en coma persistente o en estado vegetativo.
Hoy Bélgica estudia ampliar la ley, incorporando a los menores, pero esta vez sin indicar ni edad ni «consentimiento» paterno, incluyendo "aquellos que por una causa psíquica o física no puedan pedirla". Es decir: de la eutanasia voluntaria a la obligatoria. Otros deciden por ti.
¿Qué vendrá después? Si un niño de ocho años puede decidir sobre su vida o su muerte por qué no sobre con quién y cuándo tener relaciones sexuales —sobre todo si es varón con otro varón y por dinero—. Eso sí, para votar hay que tener 18 años.
Pronto el Estado dirá que quien quiera seguir sufriendo, sin duda, es un enfermo mental, un incapaz, por lo tanto, el Estado decidirá por él y lo eutanasiará.
Luego nos dirán que es deber ciudadano no cargar al Estado con gastos en un ser inútil.
La eutanasia involuntaria, masiva y a cargo del Estado está a la vuelta de la esquina. Matar enfermos -no curarlos- va a ser el signo del s.XXI
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=11085&id_seccion=12

Nota

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Perfil

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Medellín, Antioquia, Colombia
Magister en Filosofía y Politóloga de la Universidad Pontificia Bolivariana. Diplomada en Seguridad y Defensa Nacional convenio entre la Universidad Pontificia Bolivariana y la Escuela Superior de Guerra. Docente Investigadora del Instituto de Humanismo Cristiano de la Universidad Pontificia Bolivariana. Directora del Grupo de Investigación Diké (Doctrina Social de la Iglesia). Miembro del Grupo de Investigación en Ética y Bioética (GIEB). Miembro del Observatorio de Ética, Política y Sociedad de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Centro colombiano de Bioética (CECOLBE). Miembro de Redintercol. Ha sido asesora de campañas políticas, realizadora de programas radiales, así como autora de diversos artículos académicos y de opinión en las áreas de las Ciencias Políticas, la Bioética y el Bioderecho.

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