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Información y manipulación bioética

sábado, 8 de agosto de 2009

ARTÍCULOS
Información y manipulación bioética
AGUSTÍN VILLANUEVA/

Se dice que manipular equivale a manejar, dado que manipula el que desea vencer a otras personas sin preocuparse de convencerlas. El manipulador intenta, como dice el profesor López Quintas, modelar la mente, la voluntad y el sentimiento de personas y grupos para convertirlos en medios al servicio de sus fines. La investigación científica abre actualmente la posibilidad de intervenir en el futuro del hombre y de la misma especie humana. El profesor López Quintás señala en una conferencia que el investigador que, sin mayores razones, se arriesgue a afirmar que todo lo factible es aceptable y que lo científicamente posible acaba siendo inexorablemente realizado manipula la opinión pública y crea un clima propicio a graves desmesuras. Como hacer el bien a la humanidad encierra un alto valor ético, se concluye que todo experimento científico que incremente el saber está justificado éticamente. Hoy en día, cualquier tipo de información, dada la gran dependencia que tenemos sobre los diversos medios de comunicación, puede hacer un servicio inapreciable al hombre, a la sociedad, o puede provocar las más hondas crisis y fomentar las más retrógradas confusiones con los que se pretende corregir la armonía del Universo, aunque sólo se suscite el caos. Todo depende, como señalaba el profesor Brajnovic, de su punto de partida que -si no es un lamentable equívoco, un error involuntario o una grave irresponsabilidad- adquiere uno de estos aspectos: la presunción o la esperanza; la osadía de autoconstituirse en el árbitro indiscutible, cuya función es dar soluciones a todos los problemas de la contemporaneidad, o, por el contrario, la voluntad firme de servir a los demás con humildad y audacia intelectuales, con conocimientos sólidos de los hechos y temas tratados, con honradez, proporcionando una información, una documentación y una argumentación basadas totalmente en la verdad. Una verdad, además, bien intencionada, constructiva y claramente honesta. En el caso de las informaciones biomédicas, al tocar muchas veces cuestiones éticas controvertidas, la línea de algunos medios medios de comunicación, y dependiendo de ideologías, influye no sólo en las editoriales, sino en la misma selección y hasta ocultamiento de ciertos datos. El profesor Bellver destaca, en un capítulo de su libro Por una bioética razonable, esta especie de virus de la manipulación en las noticias biomédicas. Señala el profesor Bellver que los diarios favorables a la regulación de la clonación experimental de embriones humanos han tendido a minimizar los resultados científicos e incluso terapéuticos de las células madre procedentes de adulto y a destacar sus riesgos. Por el contrario, apenas se han hecho eco de las importantes dificultades científicas y problemas éticos que suscita la clonación de embriones. En algunos casos, la beligerancia en una posición ideológica ha rayado en la propaganda. Veamos algunos titulares: Clonación curativa; Clonar para curar; Clonación terapéutica; Científicos coreanos logran clonar embriones humanos con fines médicos; etcétera. La clonación no es una acción que tenga efecto terapéutico alguno; con este adjetivo se pretende neutralizar el rechazo que inicialmente suscita la creación de vida humana con fines estrictamente utilitarios de carácter experimental. Quizás porque son conscientes que el adjetivo terapéutico aplicado a la clonación va más allá de la simple descripción de un hecho científico para incorporar una valoración ética (y falsa) tanto The New York Times como The Washington Post o no utilizaron el término clonación terapéutica al dar la información sobre el anuncio coreano de la clonación de embriones humanos. La medicina rompe con su modesta misión de curar y prevenir enfermedades y se convierte en un instrumento para que el ser humano se configure a su antojo. Las técnicas de reproducción asistida dejan de verse como un medio para superar la infertilidad de una pareja, y se convierten en un modo alternativo de reproducción humana. Cuando se tratan las tecnologías reproductivas con un gran entusiasmo en los medios, no se presta el mismo entusiasmo sobre los efectos negativos que ocasionan sobre las mujeres y los niños creados mediante ellos. Algunas de estas técnicas se han desarrollado utilizando a las usuarias de las mismas como objetos de experimentación y, sin embargo, algunos medios no se han hecho eco de ello. Al final de casi todas las informaciones viene otra conclusión que es vincular la religión con el rechazo al progreso científico, verdaderamente no hay función sin tarasca. Como señala el profesor Bellver, si se plantean desde una posición religiosa católica, algunos medios suelen enjuiciar la noticia con mucha dureza. Para neutralizar la voz de las religiones es frecuente aislar sus posiciones como si fueran sostenidas exclusivamente por ellas, e incluso subrayar las discrepancias que existen en su seno para concluir que ciertas posiciones sólo son compartidas por los sectores más conservadores. Así podemos ver un titular en una entrevista a un científico español: Repatriado en el sur de España; o «Impedir un tratamiento por razones religiosas es una forma de integrismo». ¿Cuándo la investigación puede ser calificada como tratamiento? La religión no impide a los pacientes el acceso a remedios terapéuticos. Hoy predomina la información sobre la formación.

http://www.laverdad.es/alicante/prensa/20070321/articulos_alicante/informacion-manipulacion-bioetica_20070321.html

Nota

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Perfil

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Medellín, Antioquia, Colombia
Magister en Filosofía y Politóloga de la Universidad Pontificia Bolivariana. Diplomada en Seguridad y Defensa Nacional convenio entre la Universidad Pontificia Bolivariana y la Escuela Superior de Guerra. Docente Investigadora del Instituto de Humanismo Cristiano de la Universidad Pontificia Bolivariana. Directora del Grupo de Investigación Diké (Doctrina Social de la Iglesia). Miembro del Grupo de Investigación en Ética y Bioética (GIEB). Miembro del Observatorio de Ética, Política y Sociedad de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Centro colombiano de Bioética (CECOLBE). Miembro de Redintercol. Ha sido asesora de campañas políticas, realizadora de programas radiales, así como autora de diversos artículos académicos y de opinión en las áreas de las Ciencias Políticas, la Bioética y el Bioderecho.

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