SOBRE EL MITO DEL LEGISLADOR RACIONAL

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
FORMACIÓN DOCENTE - SEMINARIO
Medellín, 2008

SOBRE EL MITO DEL LEGISLADOR RACIONAL

Por: Beatriz Eugenia Campillo Vélez


El mito del legislador racional, se compadece con la idea de la voluntad general, planteada desde la teoría política de Rousseau, esta idea, abstracta en principio, se ha convertido en uno de los pilares en la construcción del contractualismo como una teoría legitimadora del poder político, entendiéndolo en oposición a las formas de poder monárquicas, donde la voluntad es de carácter individual.

No obstante parecer loable, podemos encontrar grandes problemas en esta idea, pues sobre ella se han fundado las mas terribles dictaduras, al creer que se tiene la verdad y que partiendo de encarnar dicha voluntad general, todo lo que se diga es infalible, pues el pueblo habla a través de su gobernante. A todas luces un mito que ha traído desgracias e incoherencias. Fenómeno del cual no hemos sido ajenos, pues aparte de que no podemos negar la gran influencia que en general tiene el pensamiento francés en nuestro ordenamiento jurídico, es una forma efectiva de ejercer el poder por vías no democráticas, aunque su discurso supuestamente defienda este sistema.

Ahora bien, como podemos hablar del legislador racional, se propuso el sistema de judicial como un control o una manera de superar este mito, sin embrago, lo que realmente permitió el otorgar mayor responsabilidad al Juez fue extender y reforzar el fenómeno y hablar también de la figura del mito del Juez racional, es decir aquel juez erudito, infalible que aplica el Derecho con total Justicia, casi en un ejercicio “interpretación” propia de la escuela exegetita donde sólo se miraba la literalidad de la norma en razón de esa misma racionalidad del legislador, se limitaba entonces a una subsunción del caso en la norma. Circunstancia que posteriormente se vera cuestionada, entre muchas otras cosas, por los aportes de Rawls sobre la justicia.

Pero ante este panorama nada agradable, resultan unos cambios esperanzadores, que han empezado a modificar la forma de entender el Derecho, pasando de un positivismo jurídico extremo a una hermenéutica que intenta acercar las grandes construcciones a la realidad y hacer mas humano el Derecho. Este cambio de paradigma responde a unos cambios históricos, que se enmarcan en el cambio de la Modernidad a la Postmodernidad, entendiendo por la primera el endiosamiento de la razón, donde se creía tener una verdad irrefutable, mientras que la segunda aparece a consecuencia del incumplimiento de las promesas de la modernidad, así que en adelante se hablara de construcción de discursos donde se puede debatir y no de razones verdaderas.

Ahora bien, el mito también hace aportes importantes y no puede ser del todo despreciado, puesto que además no hemos logrado superarlo del todo, por la misma necesidad que tenemos de los órganos de cierre, vemos también la necesidad de predicar una estabilidad estatal, que vía interpretación se ve amenazada y crea inseguridad jurídica. Indudablemente, de forma independiente al mito que tengamos en vigencia, o la mezcla de los mismos se haga, la Política continua usando al Derecho como herramienta de poder, bien sea por medio de las decisiones legislativas y la aplicación expresa de ellas, o por medio de la inseguridad jurídica, al modificar la normatividad que no le conviene vía interpretación, especialmente mediante las altas cortes, donde interviene de alguna forma en la elección de los magistrados. Es lógico que esto no puede ser considerado como bueno o malo, aquí las categorías morales no caben, pero son fenómenos que acontecen y merecen ser estudiados, tampoco vamos a decir que la interpretación no sea importante o que la norma expresa diga siempre la verdad, lo único que afirmamos es que en política nadie es realmente neutral, y que el Derecho no es mas que una expresión de la política, en su afán por ordenar la sociedad.