Buscar

¿Quién está educando al pueblo?

sábado, 11 de julio de 2009

Sábado 25 de Agosto del 2007, actualizado 4:52 PM

¿Quién está educando al pueblo?
Maruchi R. de Elmúdesi - 8/24/2007 8:48:00 PM






¿Es el aborto un derecho humano?
¿Para quién?
El domingo pasado nos referíamos al aborto como un crimen. Hoy hacemos referencia al aborto respondiendo a los que lo defienden considerándolo un derecho humano de la mujer en estos tiempos “modernos”, y piensan que penalizarlo sería una vuelta a los tiempos del oscurantismo.
Primero se debe dejar bien claro que el embrión es siempre persona desde el momento de la concepción, (si no fuera VIDA HUMANA desde el principio no lo sería tampoco a los nueve meses) e interrumpir su proceso evolutivo es siempre un crimen. No se puede decir que ahora hay una cosa y después otra. Eso es absurdo.
Hay otros que alegan que es parte de la mujer, como un brazo o el hígado, o los riñones, etc. Y eso también es absurdo. Porque está científicamente probado que desde el momento de la concepción ya el embrión contiene su ADN, y sus huellas digitales diferentes a las de la madre. Además los mandatos al cerebro de la madre los envía el mismo embrión (diálogo químico), para que comience el proceso de nutrición con la formación de la placenta y la adecuación del endometrio. Y esto no es cualquier proceso. Es el crecimiento de una persona humana donde la madre solamente servirá de recipiente.
El Dr. Jerome Lejeuvre, padre de la genética moderna, decía: “Es simple evidencia: abortar es matar a un ser humano aunque el cadáver sea pequeño”.
¿Y cuáles son la motivaciones para matar a un ser indefenso que no se desea tener? Infidelidad, relaciones antes del matrimonio, miedo, salud, desempleo, incesto, violaciones, desafíos, ignorancia, soledad, depresión, angustia y presión. ¿Son esos motivos para un asesinato a sangre fría?
El primer derecho humano es la vida, y el que la pierde aquí es el niño. Y eso lo constata nuestra propia Constitución en su artículo 8 acápite 1. Lo que parece ser es que como se habla de individuo, al niño no lo toman en cuenta. Sigue siendo persona de “quinta categoría”.
¿Cómo entonces un aborto puede ser algo legal y seguro?
Es decir que al niño hay que matarlo bien, “con todas las de la ley”, para que la madre no sufra, como cuando se hace en la clandestinidad. ¿Es eso?
Ya en el Concilio Vaticano II, del 1962 al 1965, la Iglesia vuelve a afirmar su Doctrina constante y cierta. Y nosotros, como Iglesia que somos, la confirmamos igualmente: “La vida ya concebida ha de ser salvaguardada con extremos cuidados desde el momento de la concepción. El aborto y el infanticidio son crímenes abominables”. Y la Declaración sobre el Aborto Provocado dice: “Desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano si no lo ha sido desde entonces. A esta evidencia de siempre la genética moderna otorga una preciosa confirmación”. Esta doctrina sigue siendo válida y es confirmada, en el caso de que fuese necesario, por los recientes avances de la biología humana, la cual reconoce que, en el cigoto (la célula resultante de la fusión de los núcleos de los dos gametos) resultante de la fecundación, está ya constituida la identidad biológica de un nuevo individuo humano.
Entonces no es la Santa Madre Iglesia la que mantiene “en atraso a la humanidad”. Es la misma ciencia respaldada por miles de científicos.
El mayor culpable de las “muertes de miles de madres por abortos clandestinos” es la ignorancia, la pobreza, el hacinamiento en que viven tantas familias, la promiscuidad, el hedonismo, la falta de educación de todo tipo. “Se estima que de uno de cada 10 abortos provocados ocurre en muchachas entre 10 y 15 años”, mientras que “más del 40% de las adolescentes a sus 19 años ya es madre o está embarazada”. (El Caribe, 10-10-2004) Sin embargo, baja el índice en las personas con acceso a la educación. Por qué no vemos en esta realidad, la estimulación que estamos ofreciendo a los jóvenes, que aún no están maduros para asumir la responsabilidad reproductiva, a través de todos los medios de comunicación social, con un bombardeo continuo de sensualismo y de erotismo.
Si queremos disminuir el número de abortos no es repartiendo preservativos en las escuelas. Es enseñando disciplina de toda especie y el control de las bajas pasiones. Es enseñando que cada edad tiene su afán. Educar es siempre más difícil que el “laissez faire”, eso lo sabemos. Pero esa es nuestra responsabilidad de padres y primeros educadores de nuestros hijos. En la lectura bíblica de hoy, el Señor nos invita a escoger a quién es que queremos servir: al Dios de nuestros padres o a “dioses extranjeros” que vienen cargados de dinero para que lo sigamos. “Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos, Él se enfrenta a los malhechores para borrar de la tierra su memoria”, nos dice el Salmo 33. Señor, ¿a quién iremos? Tú solo tienes palabras de vida eterna. Amén.


http://www.listindiario.com.do/app/article.aspx?id=25884

Nota

Este es un espacio para compartir información, la mayoria de los materiales no son de mi autoria, se sugiere por tanto citar la fuente original. Gracias

Perfil

Mi foto
Medellín, Antioquia, Colombia
Magister en Filosofía y Politóloga de la Universidad Pontificia Bolivariana. Diplomada en Seguridad y Defensa Nacional convenio entre la Universidad Pontificia Bolivariana y la Escuela Superior de Guerra. Docente Investigadora del Instituto de Humanismo Cristiano de la Universidad Pontificia Bolivariana. Directora del Grupo de Investigación Diké (Doctrina Social de la Iglesia). Miembro del Grupo de Investigación en Ética y Bioética (GIEB). Miembro del Observatorio de Ética, Política y Sociedad de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Centro colombiano de Bioética (CECOLBE). Miembro de Redintercol. Ha sido asesora de campañas políticas, realizadora de programas radiales, así como autora de diversos artículos académicos y de opinión en las áreas de las Ciencias Políticas, la Bioética y el Bioderecho.

contador gratis